¿Y ESTE QUIÉN ES?

El horror de ver cómo The Ultimate Surfer entrega wildcards para el WCT es quizás el capítulo final, o quizás apenas el comienzo,  de una serie que todos vimos venir, pero que nunca pensamos que llegaría tan lejos.

La historia comenzó con la fascinación de ver a tal o cual celebridad tirando una onda al surfing. Al principio estuvo bien, porque Eddie Vedder, Anthony Kiedis, Robert Trujillo y Kirk Hammet (por citar algunas figuras amantes del surfing),  son tipos de verdad.

La fantasía de construir una reputación desde las redes, se convirtió en realidad. La trayectoria pasó al último escalón del escalafón. Y mientras tanto, la necesidad cobró cara de camisa hawaiana, de ahí en más, el marketing del surfing se convirtió en una incubadora de criaturas sedientas de… ¿surf?

¿Y este quién es? Es una pregunta que nos hacemos cada vez que la nueva sensación “amiga del surf” nos quiere vender una remera, una camisa o una experiencia. Peluqueros, cocineros, cantineros, reposteros, cantantes, cerveceros y cuanto rubro se le ocurra al lector para completar esta lista, logra mayor grado de exposición que los propios surfistas representantes de tal o cual marca. Las embajadas le ganaron la pulseada a quienes simplemente se centran en hacer una carrera en nombre del surf.

Damas y caballeros, nuevas olas rompen en nuestra playa… Eso sí, las reman muy pocos surfistas.

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