De un tiempo a esta parte el mundo entero se ha empecinado en etiquetar y en armar el ranking de los mejores… Mejores actores, mejores opinadores, mejores fotógrafos, mejores futbolistas, mejores cantantes y cuanto rubro quepa en la larga lista de mejores en algo. A juzgar por lo que se puede encontrar, los criterios para entrar en estos escalafones siempre son discutibles, lo que nadie duda es que en cada disciplina hay indiscutidos.
Dorian según Tim McKenna.
El surf tiene sus indiscutidos, esos surfers que están más allá de las estadísticas y que el tiempo se encarga de ubicarlos en el Olimpo de los infernales, lugar donde podemos encontrar al hawaiano Shane Dorian.
Shane Patrick Dorian nació el 19 de julio de 1972 en Kailua Kona, Hawaii, hijo de un ex actor de Hollywood y doble de Elvis (el Rey del Rock and Roll), y de una mujer de fuerte carácter que supo competir en torneos de culturismo. Sus primeros años de vida los repartió entre el restaurant “Dorian” que sus padres abrieron cuando él tenía 3 años, y con sus primeras sesiones de bodyboarding junto a su amigo Mike Stewart. La cosa cambió cuando para su quinto cumpleaños su padre le regaló su primera tabla de surf.
El surfing se volvió lo más importante para Dorian, seis años después del regalo de su padre ganó su primer evento, y de a poco se fue haciendo amigo de tipos como Brock Little, Todd Chesser y Jason Magallanes.
El tour profesional no escapó al surfing de Dorian, en 1993 hizo su debut en la elite y cerró el 2000 en el cuarto lugar del ranking, pero no duraría mucho más su pelea por el título. Permaneció en la gira hasta el 2004, año en el que redefinió su carrera como corredor de olas grandes, gigantes, monstruosas y de esas que amedrentan hasta el más bravo de los guerreros.
El reconocimiento por sus descomunales sesiones no tardó en llegar, en el 2005 se llevó el Billabong XXL Surfline/Jay Moriarity Best Overall Performance Award y un año más tarde el Billabong XXL Monster Tube Award – por un memorable tubo el 11 de septiembre en Teahupoo.
Una de las tantas portadas en la carrera de Dorian.
En mares gigantes este hawaiano se ocupó de marcar un antes y un después, junto a Laird Hamilton se encargó reformular el concepto de olas grandes. Siempre su última hazaña quedará opacada por la próxima, y así lo viene demostrando desde hace tiempo.
Al igual que su padre también tuvo su momento de fama en Hollywood, “IN GOD’S HANDS” fue la película que lo tuvo como protagonista, claro que está que la actuación no es lo suyo pero las escenas de acción hablan por sí solas. No necesitó de la ayuda de dobles para tirarse en verdaderos edificios líquidos. En las películas netamente de surf se lo puede ver en “Slipping Jeststrams” (dirigida por Taylor Steele), Thicker Than Water, The Blueprint y A Fly in the Champagne entre otras.
Sin representantes, amante de la caza y padre de familia, Shane Dorian es uno de esos personajes que si no existieran habría que inventarlos, un verdadero indiscutido.
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