Foto: ASP

 

Tony Hawk a través de su Twitter fue el encargado de dar la noticia menos esperada: “R.I.P. Andy Irons. You & your incredible talents will be missed dearly. Thank you for the good times in Fiji”. De Twitter a Google para dar crédito al posteo de Mr. Hawk y nada, al rato otro Tweet de Surfbang que afirmaba la muerte de Andy Irons. Al rato el buscador número uno empieza a dar las primeras y escuetas necrológicas del caso. Confirmado, Andy Irons había muerto en un hotel del Dallas a causa de Dengue.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La tarde del 2 de noviembre quedó marcada por la partida del surfista hawaiano más competitivo en la historia del surf profesional, el único surfer que fue capaz de opacar a Kelly Slater y que además devolvió a las islas los brillos obtenidos por Derek Ho y Sunny García en la historia del ASP World Tour.

 

Con apenas 32 años, tres títulos mundiales, una fama a la altura de su surfing y un esperado regreso, con triunfo incluido en el Billabong Pro Tahití, Andy Irons dejó un vacío muy grande en la comunidad del surfing mundial. El primer campeón mundial que muere, un final no deseado y con la impronta de esas muertes de rockstar en la soledad del hotel…Lejos de casa y lejos de los familiares queridos.

 

¿Pero acaso estos héroes no eran inmortales? ¿O acaso no creíamos que nuestros wave warriors se iban en una ola cuando el océano así lo quisiera? Todavía cuesta encontrar una explicación en la muerte de este tipo que se fue sin la posibilidad de ver nacer a su hijo.

 

Una muerte que se lleva gran parte de las mejores páginas del surf competitivo, una muerte que deja paso a la leyenda del héroe que al igual que Eddie se agigantará con el paso de los años.

 

Buen viaje Andy.