Foto: Juan Muñoz
Y es que por todos es sabido que la energía que genera el viento a través del agua, produce un efecto casi embriagador, en todo aquel que se atreva a experimentar la sensación de dejarse arrastrar por las olas.
Tras una investigación elaborada en algunas playas de los litorales españoles, la mayoría de Surfers nos cuentan, como al salir del mar, se sienten más alegres, más fuertes, más animados, más positivos, más relajados y capaces de todo.
La tristeza, las preocupaciones y los malos momentos se olvidan cuando uno rema hacía el pico de la ola, cuando siente como la brisa del viento acaricia sus pestañas y empapa su pelo. Cuando se sumerge en el tubo de la ola, y se deja arrastrar o intenta poner toda su energía en realizar las maniobras más divertidas o arriesgadas.
Las longitudes de onda que atraviesan las aguas, también nos afectan a nosotros, que estamos sobre ellas y el resultado es una sonrisa, un grito de tremenda alegría y una sensación de gratificante bienestar.
El océano mueve energía y en la época actual, los seres humanos la necesitamos cada vez más a menudo, debido a los cambios tan rápidos, repentinos y bruscos que acechan en cada momento de nuestras vidas.
Compaginar una vida saludable, una buena dieta y la práctica de deportes tan energéticos como el Surf, es la mejor manera de conseguir momentos de felicidad y satisfacción, sin tener que recurrir al ya más que agotador y desalentador consumo, en centros comerciales, gimnasios cerrados o lugares de ocio y tiempo libre.
El Surf, en cada una de sus modalidades, el horizonte abierto, la energía del mar, el calor del sol y la fuerza del viento, no tan solo harán de nuestras veladas el momento más esperado, sino que actuarán sobre nuestro cuerpo y nuestra mente de una forma muy beneficiosa y reconfortante.
Y es que si en algo coinciden todos los amantes de este deporte o afición, es en afirmar que el que lo prueba repite. Por algo será.
Lorraine de D.
Lorraine de D.: Socióloga, escritora y viajera incansable. Dejó su tierra natal en busca de nuevos horizontes y nuevas experiencias que dotaran de sentido, su incansable sed de conocimiento. Fue al llegar al Sur de España y concretamente a playas malagueñas y gaditanas, donde se topó de lleno con la increíble cultura del Surf. Y le pareció tan fascinante, que no pudo contener las ganas de practicarlo.
Interminables tardes de olas, bañadas por hermosísimas puestas de sol, en ambientes joviales y bohemios, la llevaron a querer saber más sobre aquella cultura, que empezaba a desarrollarse cada vez con más fuerza, entre la sociedad costera española. Y el mejor lugar para seguir con aquel ímpetu investigador, que la acompaña en cada uno de sus viajes, fue trasladarse a la cuna por excelencia del Surf en España. Cantabria, Asturias y el País Vasco, le mostraron la otra cara del Surf, todavía desconocida para ella.
Campeonatos nacionales e internacionales como el de Bodyboard de Llanes o el Billabong Pro de Mundaka, famosa por tener, la ola izquierda más larga de Europa, así como el contacto directo con los surfers de competición, le dieron valiosísima información, con la cual está realizando sus propios artículos desde el prisma del análisis sociológico y la mirada del viajero que no tiene límites, ni temporales ni espaciales.
Lorraine también escribe otro tipo de temáticas que le proporcionen algo donde investigar, gracias a las cuales, fue ganadora del concurso de relatos viajeros, al relato más original en julio de 2009.
Su sueño, tener una furgoneta y los recursos necesarios para seguir viajando junto a su pareja y recorriendo las playas y lugares más hermosos de todo el mundo, con el único fin de empaparse de miles de experiencias, surfear olas con mar de fondo perfecto y disfrutar del placer de escribir por escribir.