LA BARREDORA: EL CICLO DEL SURF

Por el Dr. Marsupial

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Todo termina y vuelve a empezar. A lo mejor ya lo he dicho y caigo en la redundancia pero para que voy a surfear si ya surfeé ayer. Todo se repite: se repiten la noche y el día, las nubes y las lluvias, las sudestadas y el viento pampero, las mareas y las estaciones. El apareamiento de los lobos marinos y las migraciones de las golondrinas.

Para cualquier surfista el verano comienza a mediados de diciembre y culmina en Semana Santa. Durante este lapso de tiempo los días son más largos, el calor y la temperatura del agua nos permite hacer varias sesiones de surfing al día sin traje o con trajes livianos. Aumenta nuestra constancia de entrenamiento y eventualmente nuestro nivel.

Entrar al agua por la mañana es una constante, ya que el viento suele ser suave y algunas veces de tierra. A partir del mediodía suele aumentar la intensidad del viento y las olas tienden a desacomodarse.

En esta época los surfistas son verdaderos guardianes de la costa; realizan salvatajes a bañistas y son los encargados de asegurar que las playas se mantengan limpias.

Somos testigos de amaneceres y fines de tarde muchas veces increíbles, y ni hablar cuando sale la luna llena naranja y todavía estamos pegando tubos; salir a la noche del mar y quedarnos hasta tarde disfrutando unas cervezas con amigos.

Se realizan campeonatos de gran nivel como los Reef Classic y el ALAS Latin Pro, además del clásico circuito argentino de surf que incluye fechas como las del Pura Vida, el Arenas Verdes Surf Contest, el Kikiwai Longboard Classic, campeonatos femeninos, campeonatos de Junior, campeonatos Master y hasta de tablas retro. La superpoblación de surfistas se hace ingobernable durante los días de olas chicas y las escuelas de surf ofrecen trabajo a muchos surfistas.

Las playas se encuentran superpobladas de personas y de objetos foráneos que cubren toda la costa: carpas, estacionamientos, alambrados, sombrillas, autos, ruido, propagandas y publicidades, residuos, mugre, contaminación, escolleras, desagües.

Acceder a las playas se hace difícil: Los concesionarios de balnearios cobran una fortuna los estacionamientos de coches, aumentan los robos, algunas playas prohíben la práctica del surf, volver del sur por la tarde se vuelve tedioso por el tráfico de automóviles.

Los jóvenes corredores de olas están por todas partes, son como insaciables termitas devorando las olas casi sin descanso; ni los fuertes vientos del cuadrante noreste limitan sus ganas por surfar. Están constantemente invirtiendo energía en la playa; son la nueva generación o el semillero del surf.

Muchos surfistas aprovechan la temporada de calor para trabajar y ahorrar el suficiente dinero para sobrevivir el resto del año, además de pegarse el tan ansiado viajecito de invierno para cortar con el frío y conocer nuevos mares, playas y lugares. Obviamente los trabajos elegidos están relacionados con la playa o cerca de esta: Guardavidas, carperos, instructores de surf, concesiones de chiringos, fotógrafos, jueces de campeonatos de surf.

Pasado los días de semana santa, el bronceado desaparecerá y nuestro pelo rubio volverá a la normalidad. Mientras tanto, las olas y la costa comenzarán a romper la inercia del verano para permanecer en reposo durante los meses fríos…

larry

El Larry disfrutando en aguas cálidas luego de trabajar todo el verano.

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