Tom Carroll 1988 se convirtió en el primer surfista en firmar un contrato por un U$S 1.000.000, Quiksilver no dudó en renovar sus votos de confianza en este gran tipo que es uno de los grandes embajadores de Quik en el mundo
Por Sebastián Chacón
Fotos: Bernard Testemale
Thomas Victor Carroll nació el 29 de noviembre de 1961 en Newport, Nueva Gales del Sur, Australia.
Nota presentada por Quiksilver Argentina
Su temple, corazón y excelente surfing lo llevaron a desatender el diagnóstico médico y su sana rebeldía tuvo su premio en 1983 con su primer título mundial ASP. Un año después repitió el título y en 1985 se rehusó a competir en Sudáfrica por el Apartheid que reinaba en ese país. Ese gesto de humanidad le facilitó el primer título mundial a Tom Curren, el otro TC de los ochentas. Año más tarde, Carroll tuvo la oportunidad de conocer a Nelson Mandela y pudo dialogar de aquella acción que traspasó las barreras del surfing.
Uno de los grandes logros del pequeño monstruo australiano se dio en el Pipe Masters de 1987, un día antes su hermana había fallecido en un accidente de autos. Un triunfo agridulce para Thunder Thights (muslos de trueno), así lo había apodado la prensa debido a su potencia, y una noticia que incendió las páginas de las principales revistas del deporte.
Cuatro años más tarde en la misma competencia logró meter un inolvidable snap en el explosivo labio de la ola más temida y respetada del mundo. Y después en la final frente a Derek Ho se despachó con dos sublimes 10 y facturó su tercer y último Pipe Masters.
Su carrera fue escrita con litros de tinta en las más prestigiosas publicaciones, pero el resumen se puede leer en TC Tom Carroll, escrito por su hermano Nick, una figura muy importante en su carrera, pues fue quien lo ayudó a liberarse de las drogas. Tom desde los 80 se vio involucrado en un espiral que comenzó a recorrer los primeros metros de la mano de la cocaína, avanzó con el LSD y finalmente en 2002 las metanfetaminas fueron la gran alarma que llevaron a Nick a internar a Tom en una clínica para rehabilitarse. Después de 6 meses de rehabilitación, salió limpio y con las energías renovadas para vivir una nueva etapa de resurrección, esa misma que aprendió a vivir a los siete años cuando el cáncer se llevó a su mamá.