TXT: Waverock
Buscar algo más allá del surfing, una actividad primordial para no caer en los viejos estereotipos del surfista cuadrado, chato y monotemático, pero también algo vital para todos los que sentimos una urgente necesidad de preguntas. Lejos de ser pretenciosos, desde Guardando la Tabla nos tomaremos la libertad de dar algunas recomendaciones para ocupar el tiempo libre… Hoy un preciado tesoro que muchos andan buscando sin éxito.
Hoy nuestras coordenadas te llevarán hasta Jean Michel Basquiat, pintor estadounidense que trascendió los graffitis de New York y llegó a ser uno de los tantos artistas apadrinados por el alma mater de The Factory, Andy Warhol.
“Alba’s Breakfast” de 1984, obra compartida entre Basquiat, Andy Warhol y Francesco Clemente.
Este neoyorkino oriundo de Brooklyn nació el 22 de diciembre de 1960, hijo de un contador haitiano y de una diseñadora gráfica puertorriqueña de reconocido prestigio profesional. Y gracias a la carga genética de su madre, seguramente sus días se inclinaron hacia el arte.
Al igual que muchos jóvenes creció pagando el precio de los errores de los mayores, una infancia errante lo obligó a cambiar varias veces de escuela, hasta que a los 16 años ingresó en la Cty – As-School, establecimiento escolar para adolescentes sobredotados, lugar que no soportó su rebeldía y que decidió expulsarlo un año antes de graduarse.
Las calles y las drogas fueron sus familiares directos durante su juevntud, y a mediados de los setenta mientras el punk estallaba en varias esquinas, él se sumergió en el universo del graffiti. Ahí comenzó a escribir su propia leyenda, sus lienzos preferidos fueron los vagones del metro y las paredes del SoHo, de ahí a las galerías de arte era cuestión de tiempo y suerte, él tuvo las dos.
Samo.
La habilidad de Basquiat no se limitaba al buen uso del aerosol, su agudeza e ironía iban de la mano con su talento. Los epígrafes de cada obra llamaban la atención de los espectadores de esa especie de galería de arte a cielo abierto y de entrada gratuita. “SAMO salva idiotas” o “SAMO pone fin al lavado de cerebro religioso, la política de la nada y la falsa filosofía”, eran algunas de los gritos de las paredes.
SAMO, sigla que en inglés significa “La misma vieja mierda”, era el seudónimo que utilizaba Basquiat antes de ser el Basquiat reconocido como el más iluminado de los artistas afroamericanos.
La música no le fue ajena, aunque más como hobby que una actividad de tiempo completo, sin embargo supo nutrirse de todo ese caldo de cultivo que se respiraba en la gran manzana.
El club de los 27 le abrió sus puertas el 12 de agosto de 1988, y con su muerte el hombre dejó paso al mito. Una sobredosis de heroína se llevó para siempre a este genio que hizo de las calles su atelier.
Para todos aquellos que sientan curiosidad por este pintor, pueden ver Basquiat, película que capta la vida de este afroamericano protagonizado por Jeffrey Wright, y con un reparto que incluye a Benicio del Toro, Christopher Walken, Willam Dafoe y a un magistral David Bowie en el papel de Andy Warhol.
En fin, es cierto que la curiosidad mató al gato… Pero también abrió un montón de cabezas… Por eso andá y guardá la tabla.
Acá te mostramos el trailer de Basquiat.