(Excepto a los que amamos el surf)

Por Sebastián Chacón | Foto: ISA – Pablo Jiménez

Terminaron los Juegos Olímpicos y Los Angeles están muy lejos. Mucho más acá quedaron los pedidos de piletas olímpicas para próximas ocasiones, los encargados de alzar sus voces fueron Ítalo Ferreira y Gabriel Medina.

Medina, adujo que su ola nunca llegó en la semifinal ante Jack Robinson, y es verdad. ¿Fue injusto? Claramente no. El surf en un medio natural conlleva la incertidumbre de lo que pueda pasar con las olas y eso lo hace distinto a los demás deportes. Eso lo vuelve tedioso para aquellos que no son amantes, ni mucho menos fanáticos del surf.

Pensemos en la gente que solo consume sus deportes de cabecera, pero que cada cuatro años se planta frente a su tv, tablet, computadora o teléfono y realiza verdaderas maratones viendo gimnasia artística, beach vóley, skate, todas las pruebas de atletismo, judo, esgrima, vóley, etc. En todas estas actividades la acción es continua, siempre está pasando algo, mientras que en el surf, claramente no es así.

En los tiempos de inmediatez que vivimos, intentar captar la atención del público ajeno al surf es la gran batalla durante la televisación de la máxima cita olímpica. Estar viendo la pantalla donde nada pasa durante 10 o 15 minutos, es un tiro en el pie. Bien por Medina que con su foto ganó millones de seguidores extra. Mal por el surf que sigue siendo otra cosa.

¿El pedido de Medina y Ferreira es justo? Es justo para los televidentes, claro que sí. ¿Es justo para el surf? La única respuesta que se me ocurre es la siguiente: El surf es uno de los pocos deportes donde siempre el que pierde es por culpa del mar, de los jueces o por mercurio retrógrado, etc.

La discusión recién comienza y lo cierto es que olas y piletas siempre están por venir.