Nota y entrevista x Sebastián Chacón – @elcheycon
-Por favor llevále Volando Alto a Cometta- me dijo aquella vez Martín Varbaro. Lo cierto es que el libro recién había salido de la imprenta, y entre los primeros compradores estaba Cometta, a quien no conocía personalmente, y estaba ansioso por recibirlo; una desinteligencia propia de las compras electrónicas había retrasado la entrega.
Entre empanadas, de parado, y en un alto de su trabajo, Cometta se presenta muy animado y me dispara una metralla de data con su bio. Viene de una operación de cuerdas vocales que lo tiene con esporádicas fallas de sonido. Para un tipo de buena conversación, no contar con su principal instrumento afinado, parece ser un verdadero incordio. De todas formas se las ingenia para dejar en claro que es un personaje afable y bien predispuesto a la charla.
De aquella presentación formal pasó poco más de un año; una tarde de olas nos vuelve a cruzar en la playa. Mientras me cambio para ir por un rato de surfing, veo venir de frente a un personaje que me cuesta reconocer. –Cheycon, soy yo Cometta – saluda efusivamente el protagonista de la siguiente entrevista.
Con la voz impecable, me cuenta que dejó las harinas y la carne. Quizás por eso no lo había conocido, sin dudas está bastante más finito que la primera vez que lo había visto. Me regala un Bodhissatva que venía buscando hace tiempo y que hoy me mira desde el termo todas las mañanas cuando cebo los primeros amargos de la mañana.
Cometta es artista plástico, cultor del hiperrealismo y surfista. Con una carpa y mucho más entusiasmo que dinero en sus bolsillos, hace años se mudó a Mar del Plata. Con el paso del tiempo y su don de gente, se ganó un lugar entre todos aquellos que consideramos que el mundo sin arte sería un paciente con una crónica digestión lenta.
Bienvenidos al mundo de Cometta, vale la pena remontarse.
¿Cuál es tu primer recuerdo del arte?
Tengo recuerdos de estar dibujando con fibrones en el estudio de mi padre que es diseñador industrial, o en el departamento de mí mamá molestando mientras ella pintaba cuadros al óleo. Una vez me tomé un trago del aguarras de la lata donde tenía los pinceles (risas), tiempo después me contó que se desesperó con la situación. También recuerdo mirar con mucha devoción las ilustraciones que hacía ella para la revista Veo Veo, se mandaba unos paisajes llenos de animales y situaciones de página doble… Me pasaba horas mirando esos universos.
¿Cómo describirías tu formación académica?
Desde chico crecí en un entorno artístico. Mi madre es artista plástica, daba clases en la facultad de Bellas Artes, a veces me llevaba y veía a sus alumnos pintando modelos vivos. Otras veces veía cuadros muy surrealistas, siempre con ese impregnante olor a trementina. Es un recuerdo muy fuerte el de ese olor a aguaras concentrado que te penetraba la nariz. Luego entro en el ciclo básico del bachillerato de Bellas Artes cuando yo cursaba el cuarto año de la primaria. Allí tenia talleres de dibujo, pintura escultura y lengua, que duraron tres años hasta llegar a séptimo grado, cuando hice el pase de mi primaria al bachillerato de Bellas Artes donde fui alumno desde séptimo hasta el cuarto año del ciclo superior, un total de 6 años más los tres años del ciclo básico, nueve años yendo a Bellas Artes, demasiado (risas). Cuando termino la secundaria decido explorar otras facetas y empiezo a estudiar veterinaria, abandono la carrera después de un largo periodo de siete años, me reencuentro con el arte , decido tratar de vivir como artista plástico y empiezo a estudiar hiperrealismo con el artista Gabriel Berlusconi, un profesional exquisito y una persona maravillosa.
¿En qué momento entró el surfing en tu vida?
A mis trece años vienen a vivir al edificio dos surfistas de Mar del Plata que venían a la ciudad a estudiar odontología. Yo vivía en el quinto y ellos en el tercero. Nos hicimos amigos y empecé a fantasear con el mundo del surf, a escuchar su música, Bob Marley , Sublime, Mombasa , Offspring , compilados de torneos de surf que me hicieron descubrir muchas bandas y a escuchar historias de olas y observar el mundo de estos dos muchachos que venían de otra ciudad cargados de anécdotas y vivencias de mar y surf. Tampoco puedo dejar afuera una película que me hizo fantasear desde chico con el surf, el paracaidismo y los deportes extremos Breackpoint (Punto Limite) esa película despertó mis deseos de acercarme a esas experiencias adrenalínicas.
¿Cómo fue que te decidiste por Mar del Plata?
El romance con Mar del Plata nace en 2012, dejo mis estudios de veterinaria en la UNLP y empiezo a explorar el surf. Había practicado bodyboard en la temprana adolescencia en las playas de Villa Gessell cuando veraneaba con mis amigos de la secundaria, lo practiqué algunos años, en esa época… tenía unos 14 años y nos metíamos en Windy y estábamos todo el día adentro del agua – sin traje obviamente – y salíamos del hambre o del frío medio con los labios violetas y unas ganas de ir a comernos todo lo que había en la heladera. En la heladera había papas, fideos, mayonesa y no mucho más, hermosos recuerdos de las vacaciones en Gessell con mis amigos.
Ya en el último año de secundaria nos vinimos a chapa a surfear, esa fue mi primera vez en una tabla de surf. Me paré y sentí una emoción increíble, a partir de ese día decidí aprender a surfear. Cuando dejo la facu en 2012 me vengo a Mardel varios fines de semana a surfear. Paraba en un hostel y venía siempre que podía, hasta que finalmente en el verano del 2014 me vengo en carpa todo el verano a un terreno en la estafeta. Me decían el loco de la carpa (risas), verano inolvidable ese. Termina la temporada y consigo trabajo en la fábrica de Lalo (Carricart), ahí decido venirme a vivir acá de tiempo completo. Me la juego y me vengo, empecé a pintar las tablas para la marca y estuve 3 años haciendo ese trabajo, una etapa hermosa cumpliendo un sueño. Luego la fábrica se muda al exterior y yo empiezo a realizar murales para comercios. Este será mi sexto año en La Feliz, una ciudad que me trató siempre muy bien.
Si tuvieses que elegir a 5 personajes de la historia para ilustrarlos y presentarlos en una muestra… ¿Quiénes serían y por qué?
Uno que ya fue ilustrado y lo elegí por lo que significó para mí la película, es Patrick Schwaize en el personaje de Bodhissatva. El líder de la banda de Breackpoint. Saliendo del cine y de mi persona y centrándome en la humanidad y las personas que dejaron fuertes enseñanzas ejemplos inspiraciones etc… retrataría a Mandela, Gandhi, Alí, Madre Teresa y a Budha. Ejemplos de humanidad, lucha, ideales, voluntad, temple, sabiduría, inspiraciones para ser mejores personas. (Extendiéndome de la consigna también haría a Eduardo Galeano y a Cortázar, dos escritores que me sacuden las emociones).
¿Te dicen Cometta por lo fácil que se remonta tu imaginación?
Me dicen Cometta porque mi apellido es Rodríguez Cometta, ya desde chico en el colegio secundario me decían cometa o cometín pero nadie sabe que es por eso. Todos suponen que es por algún tipo de adjetivo en alusión a mi locura cósmica, a mi euforia voladora o a que soy coimero (risas). Por lo general no explico el origen del apodo y dejo a las personas con su idea del significado, igual que con los cuadros en algún momento, ahora me puse más viejo y a veces me gusta contar el porqué de las imágenes.
¿Qué es lo que te sigue llamando la atención del mundo del surf?
Sigo prendido al desafío de mejorar mi nivel para tirar maniobras que todavía no puedo y aprovechar la ola al máximo, más allá de eso, encuentro en el mar un espacio de paz, una mística sanadora y un ritual reconfortante cada vez que entro al mar con la tabla.
¿Qué música suena cuando pintás o bocetás?
Hace un tiempo escuchaba mucho Pearl Jam para pintar, aprendí a tocar el ukelele para tocar los temas de ese disco, esa ola que subiste (@surfpress) la pinté en una de las etapas escuchando “ukelele songs” una y otra vez. Ahora estoy más ligth. Escucho Coldplay, Queen , Él Mató A Un Policía Motorizado, Spinetta, Ceratti, Mollo… pero con la música abarco una gran variedad de gustos, los voy mutando por etapas. Escucho de todo, la música es un compañero fundamental al igual que el mate.
La Capital Nacional del Surf no tiene ningún mural alusivo… ¿La visión Cometta del asunto cuál sería?
Yo haría un chancho surfeando…para conectar nuestro campo argentino con el surf y para sacar del lugar de comida a los animales nuestros y darle uno más placentero como surfearse una ola. Obviamente nadie apoyaría esta idea, solo unos pocos, así que debería pensar otra cosa más correcta o aceptada… pero ser artista te permite esta rebeldía de expresar lo que uno quiere y de estimular a la sociedad a pensar diferente o replantearse las cosas.
¿Qué es el arte?
Para no irme por las ramas y siendo lo más sintético posible, yo creo que el arte es una manera de expresar, un canal creativo donde plasmar un mensaje, un deseo, sentimientos, historias. Hay muchas disciplinas dentro del arte ya conocidas por todos, lo importante del arte es el viaje que hace la esencia desde nuestro interior a la obra, es una terapia muy curativa y necesaria experimentar la creación.