Por Sebastián Chacón
Fotos: ISA
(2 de julio de 2011) Santiago Muniz llevó a la Argentina a lo más alto del podio del ISA Billabong Surfing Games al coronarse campeón mundial de la categoría Open después de vencer a los australianos Mick Campbell y Thomas Wood y al brasileño Ian Gouveia. Santiago cerró un mundial perfecto, durante la primera mitad brilló en el evento principal y cuando cayó al repechaje no hizo más que confirmar sus ambiciones y sacarle lustre a su chapa de favorito cada vez que entró al agua.
Por primera vez en la historia de los mundiales de ISA, el equipo argentino llegó al último día con un atleta con chances de acceder a la final, y además logró su cometido de meterse en el TOP 10 del ranking mundial.
Santiago Muniz nació el 24 de noviembre de 1992 en Mar del Plata, tiempo después sus padres decidieron emigrar a Brasil y ahí comenzó su historia como surfista. Tras los pasos de su hermano Alejo, hoy Santiago no hizo más que poner a todo un país bajo la siempre esquiva lupa del mundo del surfing.
El abrazo de todos los argentinos bajo el gris cielo de Playa Venao, sintetizó un largo período de trabajo que comenzó hace unos años la nueva dirigencia de la Asociación de Surf Argentina, también confirma que el SURF en Argentina es un deporte que va por el buen camino, y que con mayor presupuesto puede conseguir nuevos logros.
El equipo argentino en números:
Santiago Muniz: Medalla de Oro – Campeón Open
Martín Passeri: Puesto 16 Categoría Open
Leandro Usuna: Puesto 22 Categoría Open
Maxi Siri: Puesto 49 Categoría Open
Martín Pérez: Puesto 11 Categoría Longboard
Daniel Gil: Puesto 25 Categoría Longboard
Lucía Cosoleto: Puesto 19 Categoría Damas
Joela Jofre: Puesto 22 Categoría Damas
FIN A 19 AÑOS DE LUCHAS, SACRIFICIO Y DESORGANIZACIÓN
Santiago Muniz entró en la historia grande del surf argentino, el marplatense escribió la primera página dorada de un libro que abunda en páginas amarillentas de sacrificios, ilusiones, equipos financiados por propios bolsillos, dirigencias ausentes, intereses mezquinos y escaso presupuesto para el desarrollo del deporte. Diecinueve años pasaron desde aquel primer mundial en Lacanau, Francia (1992) donde un grupo de argentinos logró quedarse con el puesto 14 en el ranking general.
Claro está que el triunfo de Santiago refleja una brillante demostración de talento y surfing de avanzada propia de un linaje de surfers pura sangre moldeado bajo la atenta mirada de Ruben Muniz, el padre de las criaturas, quien eligió Brasil para darle alas a sus hijos Santiago y Alejo, éste último hoy brillando en el ASP World Tour.
Pero después de tanto esperar un día como este sábado 3 de julio de 2011, es justo hacer foco en todo el equipo que logró hacer historia en la edición panameña del Billabong ISA World Surfing Games. Los longboarders Daniel Gil Jr, Martín Pérez, las chicas Joela Jofre y Lucía Cosoleto, los Open Martín Passeri, Maxi Siri, Leandro Usuna y el propio Muniz dieron todo para poner fin a magras cosechas. El coach Manuel Santamaría y su asistente Carlos “Caco” Grassi también son parte integrante de este histórico equipo albiceleste.
Con aciertos y errores, la nueva dirigencia de ASA encabezada por Francisco García Rabini logró hacer historia al llevar a un equipo a un mundial sin que los competidores tengan que desembolsar dinero propio, el hecho de poner en regla los asuntos institucionales le sirvió para que Argentina cuente con el apoyo del ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), dato no menor para un deporte al que muchos años se lo vio como una actividad veraniega y de vagos de clase alta con sueldo de hijo.
Hoy el surf argentino vive un sueño hecho realidad, con un equipo balanceado entre hombres con experiencia como Martín Passeri (quien ha vivido gran parte de su carrera representando al país en estos últimos 19 años) y Maxi Siri, y con nueva sangre como la de Lele Usuna y Santiago Muniz logró entrar en la historia grande del deporte del SURF.
Desde mi labor como periodista de surfing brindo por estos muchachos, por todo el equipo, por Santiago Muniz y su epopeya, y por las nuevas generaciones y por toda la gente que sigue trabajando para que el día de mañana un Felipe Suárez, por citar un ejemplo cercano, viva lo mismo que hoy vive Santiago.
Felicitaciones muchachos, la espera valió la pena.
