Ayer y hoy con Luis y Franco Radziunas
Por Sebastián Chacón
Fotos: Archivo personal LR, Riders Media y Christian Martínez
Si hay una teoría que abonamos quienes hacemos Surfpress, es que nada surge por generación espontánea. Nada puede contra el trabajo, ni siquiera una marea de seguidores con el pulgar enyesado de tanto ejercer la potestad del like.
De aquellos tiempos sin algoritmos, surgieron historias que hoy se siguen contando. Hablamos de los 90’S, década de grandes avances para el surf argentino. Años de MDQ Surf TV, de un acceso mucho más amigable a tablas, trajes, revistas de afuera y algunos VHS que pasaban de mano en mano hasta la pulverización de cintas.
La escena marplatense de aquellos años atesora historias de todo tipo; de las que se pueden contar, de las que ganan épica gracias a los anabolizantes agregados por quienes suelen contarlas y por supuesto, de las que no se pueden contar. Por favor, no insistan.
Desde hace unos años, el apellido Radziunas volvió a resonar tal cual lo hacía en los 90’S en nuestro folclore. Franco, heredero de una tradición de surf comenzada por Luis, es hoy quien enseña sus credenciales cada vez que decide remar una ola.
Luis, es mucho más que el padre de Franco. Campeón argentino Open en 1991, fundador de una de las tiendas de surf más emblemáticas de la Galería Sao: Sunset Surf Shop. Un goofy de potente surf que sigue demostrando que el tiempo suele tener otra métrica para quienes siguen aprendiendo en el mar.
La primavera marplatense trajo olas de excelente calidad, entre surfeadas sin horarios, nos hicimos el tiempo para charlar de ayer, hoy y mañana con Luis y con Franco.
Al comando de su Blue Hawaii supo inaugurar la galería campeones de la nueva era de la Asociación de Surf Argentina. Con incontables viajes de surfing en sus espaldas, Luis sigue manteniendo vivo el surfing de la vieja escuela. Cuando le toca competir, sigue demostrando de qué está hecho.
¿Qué te acordás de tu título de campeón argentino? ¿Cómo se definió?
Fue en el año 1991 en Playa Grande, una final con mi gran amigo Horacio Ipucha. Ese año me sentí muy cómodo con mi surf, se me alinearon los planetas. Gran parte del circuito me mantuve primero y logré quedarme con el primer puesto. Muy linda época.
¿Cómo definirías la escena del surf marplatense de los 90’S, que es cuando empieza a despegar?
La década del noventa a mi entender fue una época dorada del surf, donde comenzó a ser más conocido el deporte. Todo lo que aparecía de surf era súper novedoso. Recuerden que en esa época no contábamos con la tecnología que hoy tenemos para estar actualizados.
¿Cómo llegaste al surf?
Mi comienzo en el surf fue a partir de un viaje familiar con mis padres y hermanos a Hawaii. Arranqué en la playa Waikiki, ideal para aprendices, donde alquilamos unos tablones de 12 pies y nos metimos al agua. Desde ese día no deje de surfear.
Todos los que empezamos a surfear a principio de los 90’S alguna vez compramos algo en Sunset ¿Cómo describirías el viaje de Sunset a través de los años y cómo fue cambiando la mítica galería Sao?
Nada más lindo que trabajar de lo que te apasiona. Sunset es como un hijo más, arrancamos con un local muy chiquito, arreglando tablas y con mercadería en consignación. A medida que pasó el tiempo fuimos creciendo poco a poco, en la búsqueda constante por conseguir y ofrecer productos técnicos y exclusivos para satisfacer las necesidades de los que eligen este estilo de vida, con la misma pasión que en los primeros días. El mercado del surf en Argentina fue cambiando, toda la magia que en los noventas se concentraba en un solo lugar, la tan conocida Galería Sao, lugar indiscutido de encuentro de tantísimos jóvenes siendo el único centro de Mar del Plata con locales dedicados al surf, fue desapareciendo poco a poco.
Hubo un viaje emblématico a un campeonato en Chile en los 90, donde en la presentación el encargado de anunciar a los competidores… Dijo Luis Razcuinas, ante la carcajada de la delegación argentina. ¿Qué recuerdos tenés?
(Risas) Sí fue muy gracioso, en varias oportunidades me han rebautizado cambiándome el apellido. El campeonato fue en Pichilemu, en la playa Punta Lobos. Había olones, era mi primer campeonato internacional con olas de verdad. Todo nuevo para mí. El viaje lo hicimos con varios chicos, estaba Gastón Rubio, mi hermano Pablo, el Parrilla, Horacio Ipucha entre otros. Mucha gente, era te diría el evento del año para el pueblo, todos a la playa. Estábamos muy ansiosos en competir en semejante evento. Llegué a semifinales y me ubique en el quinto lugar. Nada mal.
¿Cómo impactó la llegada de MDQ a la pantalla del cable en la comunidad del surf local? Desde mi punto de vista, creo que fue un gran impulso para el surf local en esos años donde no había tanto acceso y la imaginación era el mejor medio de transporte.
Si, tal cual. Mis amigos Eugenio y Culini supieron con su gracia en el programa MDQ, mostrar más allá de Mar del Plata, no solo el surf, sino este maravilloso estilo de vida, haciéndolo conocido en muchas partes del país.
¿Qué cosas descubriste al surfear con tus hijos?
Surfear junto a mis hijos hizo que descubriera el maravilloso poder de conexión que tenemos mientras compartimos y disfrutamos la misma pasión por el surf.
¿Qué cosas ves en Franco que te recuerdan al Luis de chico?
Veo en Franco el mismo fanatismo por el surf que yo tenía.
¿Cómo definirías la actualidad del surf en Argentina?
Actualmente veo al surf argentino con mucha proyección y con muchos talentos prometedores que van a dejar muy bien parado al país en un futuro próximo.
¿Cuál es el secreto para no perder el entusiasmo a la hora de surfear?
No hay secreto, solo la pasión te lleva día a día a no perder ese entusiasmo y entrar al agua como la primera vez.
¿Qué significa el surf para vos?
Tengo más años dentro del agua que fuera de ella, el surf es sin duda un fragmento importante de mi vida, definió parte de la persona que soy hoy.
La hora de Franco
Franco en el agua es un tomador de riesgos. Desde sus primeros campeonatos hasta los últimos lo ha demostrado, eso no ha cambiado. Sí aprendió a tomar mejores decisiones que no hicieron más que potenciar su poderoso surfing.
Bajo el ala de Martín Passeri, logró remontar vuelo y conseguir regularidad en competencia, atributo que diferencia a los verdaderos competidores de los muy buenos surfistas. Cuando estos factores se juntan en una misma persona, el resultado suele ser un excelente medio de transporte hacia los sueños, pero se necesita alimentarlo con trabajo de alto octanaje. Esto último, Passeri lo entiende como nadie.
Después de una maratónica sesión en los márgenes de La Feliz, Franco se toma el tiempo para un par de preguntas.
Cada vez que te tocó competir en categoría Open, tuviste grandes actuaciones. Según mi manera de ver las cosas, sos el surfista argentino que tiene mayores chances de lograr un título de campeón argentino en Open al igual que su padre. Serían los primeros padre e hijo en tener ese privilegio. ¿Qué pensás al respecto?
Espero que sí, sería algo muy bueno. Recuerdo cuando tenía 12 años, competí contra él en la final de los trials en un torneo open en Honu Beach, para pasar a main event y esa fue la primera vez en nuestro país que competían padre e hijo en el mismo heat.
¿Qué te contó tu viejo del surfing de los 90’S en Mar del Plata?
Siempre nos cuenta la diferencia que hay ahora con aquella época, como que no había tanta gente como se ve actualmente, que eran muy pocos surfeando. También habla de la diferencia de los trajes de neoprene, que antes eran re duros y no tan flexibles. Si hay algo que me hubiera gustado ver cuando me cuenta que había unos spots como El Cabo y El Torreón que rompían épicos antes que hicieran las escolleras que están hoy. Y siempre recalca la suerte de tener la tecnología que nos da la facilidad con internet de saber la condición del mar, los vientos, las mareas, las cámaras en vivo de las playas, que podemos ver campeonatos mundiales en vivo y seguir todo el mundo del surf a nivel mundial a cada instante. Cosas que antes eran algo imposible de imaginar.