Lo invisible nunca estuvo tan cerca. Foto: Hernán Ramos.

TXT: Seba Chacón

La velocidad del día a día es sin dudas una de las mayores fuentes de distracción, y cuando hablamos de distracción no nos referimos a esas cosas que solemos elegir como pasatiempo, todo lo contrario. Obligaciones, responsabilidades y unas cuantas miradas a la muñeca (no sea cosa de llegar tarde), nos marcan el camino, ese que muchas veces puede cambiarnos la vida con la próxima compra.

El mundillo del Surf no escapa a los tiempos modernos, hoy rebautizados como tiempos virtuales, 2.0, de tantos amigos en el FB que ni hablo con los de verdad, y tantos otros ejemplos siempre al alcance de la mano para describir la nueva era hiperconectada.

De tanto mirar sin ver muchas cosas sencillas y simples se vuelven invisibles, pero todavía hay quienes se toman su tiempo y ven más de lo que miran.

Hernán Ramos, fotógrafo y Ninja sensorial con gran habilidad para bajar a los Dioses de Olimpo y sentarlos en la pizzería de la esquina de tu casa, nos revela algo de lo mucho que se ha vuelto invisible.