“LA MAYORÍA DE SURFERS ESPAÑOLES SE QUEJA DEL LOCALISMO Y DEL TURISMO MASIVO QUE ABARROTA LAS COSTAS Y ROMPE CON EL SUEÑO DE LIBERTAD Y SOLEDAD”
Cuando el sol empieza a iluminar las largas tardes veraniegas y las playas empiezan a abarrotarse del masivo turismo, es cuando el sueño de libertad y soledad del Surfer, empieza a tambalearse y a convertirse en la alta competición por luchar por la mejor ola, junto al resto de surfers que se amontonan en el mismo lugar. Y es que, el itinerario social de los millones de seres humanos que poblamos el planeta, está excesivamente determinado y de ahí al famoso refrán: “Allá donde fueres, haz lo que vieres”, hay solo un paso.
La influyente sociedad de consumo, nuevamente se hace eco de los deseos del turista hasta en los sectores deportivos y de ocio menos explotados, para acabar catapultando el mercado hacía nuevas modas y recursos que les proporcionen más y más rentabilidad.
Lo que comenzó como la diversión y distracción de unos pocos, se está convirtiendo con el paso del tiempo y con la ayuda de las grandes multinacionales, en todo un negocio de verano. Y el Surf de antaño, es sustituido por afluencias masificadas y localizadas en los mismos lugares de veraneo, donde, los bañistas, los surfers, los patinetes y las motos de agua, han de convivir en perfecta armonía.
Las costas andaluzas, sobre todo, son las que en mayor medida pueden presumir de preparar cada verano, a gusto de sus turistas. Y es que pasear por sus playas, es ver como el turista, adquiere la moda local y se lanza a la compra masiva de todo un equipo de Surf, para hacer aquello de lo que presumen los demás.
Quizás nunca haya escuchado hablar de Surf, y seguramente jamás se halla montado en una tabla, pero cada año, son más los que se apuntan a la moda de cabalgar olas, o al menos intentarlo. Mientras, las grandes marcas se frotan las manos, con la venta de nuevas tablas y nuevos accesorios cada vez más dinámicos, para que el recién llegado pueda formar parte, del grupo de identidad de su lugar de veraneo, los surfers habituales, se quedarán de brazos cruzados, viendo la avalancha de personas, que ocupan los escasos metros de playa, donde todavía los fondos no han sido destruidos, y donde todavía se puede disfrutar de una buena tarde de olas.
Lorraine de D.
Lorraine de D.: Socióloga, escritora y viajera incansable. Dejó su tierra natal en busca de nuevos horizontes y nuevas experiencias que dotaran de sentido, su incansable sed de conocimiento. Fue al llegar al Sur de España y concretamente a playas malagueñas y gaditanas, donde se topó de lleno con la increíble cultura del Surf. Y le pareció tan fascinante, que no pudo contener las ganas de practicarlo. Interminables tardes de olas, bañadas por hermosísimas puestas de sol, en ambientes joviales y bohemios, la llevaron a querer saber más sobre aquella cultura, que empezaba a desarrollarse cada vez con más fuerza, entre la sociedad costera española. Y el mejor lugar para seguir con aquel ímpetu investigador, que la acompaña en cada uno de sus viajes, fue trasladarse a la cuna por excelencia del Surf en España. Cantabria, Asturias y el País Vasco, le mostraron la otra cara del Surf, todavía desconocida para ella.
Campeonatos nacionales e internacionales como el de Bodyboard de Llanes o el Billabong Pro de Mundaka, famosa por tener, la ola izquierda más larga de Europa, así como el contacto directo con los surfers de competición, le dieron valiosísima información, con la cual está realizando sus propios artículos desde el prisma del análisis sociológico y la mirada del viajero que no tiene límites, ni temporales ni espaciales.
Lorraine también escribe otro tipo de temáticas que le proporcionen algo donde investigar, gracias a las cuales, fue ganadora del concurso de relatos viajeros, al relato más original en julio de 2009.
Su sueño, tener una furgoneta y los recursos necesarios para seguir viajando junto a su pareja y recorriendo las playas y lugares más hermosos de todo el mundo, con el único fin de empaparse de miles de experiencias, surfear olas con mar de fondo perfecto y disfrutar del placer de escribir por escribir.