La carrera de Iván Mendoza es lo más parecido al sueño del pibe, desde su Venezuela natal logró posicionarse con su fábrica The Lab en la meca del industria mundial del surfing, California.
Este caraqueño nacido el 27 de enero de 1964 decidió salir a conocer el mundo y empujado por sus sueños llegó a convertirse en el laminador de las tablas de Kelly Slater, Rob Machado y Dane Reynolds entre otros. Hoy al mando de The Lab en la californiana Oceanside, es el responsable de laminar todas las tablas del team Channel Islands.
Aquí una charla que tuvimos hace unos días con este latino respetado por Al Merrick y otros popes del shape a nivel global.
¿Por qué te fuiste?
Primero porque la inseguridad social estaba muy fuerte, segundo porque soy un aventurero y tercero porque quería conocer el mundo.
¿Cuándo te fuiste?
En el 93, primero me instalé en Florida, más específicamente en Daytona Beach. Y en el 95 me vine para California.
¿Qué es lo mejor de haberte ido?
Lo mejor fue haber aprendido un idioma nuevo, conocer otras culturas, expandir mi mente, aprender a ver el mundo de otra manera.
¿Qué fue lo peor de haberte ido?
Extrañar a mi familia, mis amigos y todo ese calor que tenemos los latinos.
¿Volverías a tu patria?
Si se va Chávez (risas), siempre estoy yendo a visitar a mi familia. Toda mi gente está allá y siempre voy. Pero sólo de visita.
¿Cómo llegas a laminarle las tablas a Kelly?
Desde mis comienzos allá en Venezuela, donde teníamos una fábrica de tablas de surf con unos amigos, siempre tuve la inquietud de venirme para el norte. Muchos me decían que no lo hiciera porque los americanos no me iban a dar trabajo, cosas de ese estilo, que en verdad no hicieron más que darme ganas de venir a probar suerte. Soy una persona a la que le gustan los retos, pues así fue como me fui para Florida, no me gustaron las olas y me vine a California como dicen en Puerto Rico, me vine al garete… A la deriva.
Me costó un par de meses encontrar trabajo, primero encontré un trabajo en una fábrica en el borde con México, donde había puros mexicanos. Después conocí a un peruano que se llama Javier Huarcaya, dueño de Epoxy Pro en Oceanside, y trabajé bastante con él. Después me cansé del sistema americano, me saturé de cómo te cobran tantos impuestos y de toda esa cultura que antepone el dinero antes que cualquier cosa. Ahí cuando estábamos para irnos a Europa, mi novia quedó embarazada y fue ahí cuando cambió para siempre mi panorama, ya no era yo solo.
Cuando nació Miles, mi hijo, no tenía más ganas de vivir en Estados Unidos y entonces nos fuimos por un año a Puerto Rico. Disfrutamos mucho, lo pasamos bien pero nunca me pude conectar con la gente de trabajo de Puerto Rico, los locales son muy celosos con su trabajo.
Regresé con las manos vacías a California, pero con muchas ganas de surgir por el nacimiento de mi hijo. Ahí es cuando comienzo a trabajar en una fábrica que se llamaba Morning Glass, donde ya había trabajo de part time. Era una fábrica muy buena, pero el dueño no tenía la capacidad necesaria para llevar adelante el negocio. Así fue cuando un día me di cuenta que estaba haciendo el trabajo del dueño, entonces le dije: “Oye amigo, estoy haciendo el trabajo del dueño… ¿Por qué no me vendes o abro mi fábrica en otra parte? Y así fue como me vendió la fábrica que hoy se llama The Lab. Después conseguí conectarme con Channel Island, empezamos con unas tablitas, les gustó nuestro trabajo y desde entonces todas las tablas del team de Al Merrick las laminamos aquí en The Lab.
Tuve la suerte que a Kelly le haya gustado mucho nuestro trabajo, estuvo aquí unas diez veces, y siempre que viene se sienta a conversar con nosotros y nos cuenta que está muy contento con lo que estamos haciendo.
¿Qué se siente haber alcanzado ese sueño que alguna vez soñaste despierto mientras tocabas distintas puertas para conseguir un trabajo?
Mira, te digo lo mismo que le dije a Al Merrick: “Mi trabajo no significa sólo dinero, mi trabajo es mi sueño que estoy viviendo”. Yo hacía tablas en un pueblito en Venezuela donde no sabían quién era yo, y ahorita le hago las tablas a los mejores surfistas del mundo, en California donde es la Meca de la industria a nivel mundial. Esto para mí es como vivir el sueño que siempre soñé.
¿Cuál es el plan para el futuro?
Educar a mi hijo, brindarle una educación bastante linda, quiero que sea una persona honesta, íntegra y clara en la vida. Ser feliz es el gran plan brother, la felicidad ante todo.