Escribe Sebastián Chacón – @elcheycon
Finalmente llegó el día, la World Surf League ya le puso nombre a cada una de las cabezas que debían rodar en su nuevo experimento competitivo. Mientras el Tour entra en su etapa definitoria, en los cuarteles generales deben estar preparando la escenografía para un nuevo show donde el drama será el principal combustible para los nuevos envíos audiovisuales de la ex ASP.
Si llegar a la elite del surfing mundial es una empresa que reúne mucho más que habilidades dentro y fuera del agua, el mantenerse en la burbuja es toda una epopeya. Hoy en día un competidor que acaba de lograr el ascenso, no tiene el más mínimo margen de error. La adaptación deberá hacerla en el avión camino a la primera fecha, y con eso debería alcanzarle y sobrarle.
Cierta vez Kelly Slater en una entrevista, dijo que no es posible que un surfista que esté en el tour no sea capaz de ganar un heat. Si no era capaz de eso, sin dudas estaba en el lugar incorrecto. Como tantas otras visiones del hombre de La Florida, ese alegato hoy toma más fuerza que nunca.
El Tour es más que nunca un lugar para animales de competencia, de esos que huelen a kilómetros el olor de la bulliciosa sangre de la victoria y van por ella. Ha dejado de ser un lugar para tipos que van de menor a mayor, de esos que con el correr de los años van cimentando las bases de una reputación que se construye ladrillo a ladrillo. Es tiempo de construcciones rápidas y de ser posible, con una salida de emergencia. Basta con pensar en la estrategia de Gabriel Medina para evitar ser parte del circo y aparecer en G – Land como si nada hubiese pasado.
La nueva carnicería de WSL no tiene lugar ni espacio para blandos, ni para altibajos emocionales. Quizás la excepción fue Medina (pergaminos le sobran para ser la excepción que confirma la regla), para no desentonar en los tiempos de corrección política. Siguiendo con esta corriente, no sería de extrañar que el propio Erik Logan instale un consultorio en su oficina donde los más prestigiosos psicólogos deportivos asistan (lógicamente con la obra social al día) a todos los atletas que el Tour va friendo a medida que los likes trazan un nuevo nirvana en el imaginario de los mandamás de turno.
Ah, por cierto… El Margaret River Pro lo ganaron Jack Robinson e Isabella Nichols.