EL HOMBRE Y LA MÁQUINA

Lujos de tipos con la panza llena

La búsqueda de la excelencia en la carrera de olas artificiales no descansa, las novedades llegan desde distintas partes del mundo, incluso desde Australia… Uno de los rincones del planeta que llegó primerísimo al reparto de olas naturales.

El Surf Lake de Occy y Barton Lynch no duró demasiado, el pesado entusiasmo de los surfistas invitados al convite inaugural fue presión suficiente para que el pistón diga basta; y para que los ingenieros se dieran cuenta que 2 + 2 nunca es 4 en el mundo de los surfistas.

En los años de la carrera espacial, los Estados Unidos se aventuraron sobre suelo lunar, básicamente para llegar antes que los rusos. Una vez clavada la bandera en la luna, guardaron las naves, total el bueno de Gene Roddenberry ya se las venía rebuscando en eso de imaginar paisajes e historias interestelares desde TV.

En el mundo del Surfing está pasando algo parecido. Cuesta creer que un surfista quiera viajar hasta Australia para surfear en una pileta custodiada por una torre humeante. Cuesta creer que en el único planeta donde el mar está plagado de olas, el hombre quiera tocarle el culo a la naturaleza con invenciones que no hacen más que ir en contra de la esencia del Surf.

¿Alguien imagina a un fanático del asado viajando a Argentina para comer milanesas de soja? Si lo conocen, les pedimos que por favor nos avisen.

Hasta el próximo piletazo.

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